Por: Juandry Herrera.
Compañeros y compañeras:
Un reciente debate sobre el cambio de nombre a nuestra querida provincia Peravia me ha colmado para dirigir unas reflexiones que vengo sosteniendo internamente. Este debate precisamente es el primer toque de atención social al que debemos prestar atención.
Desde hace un tiempo vengo observando conductas que pueden considerarse autodestructivas y que nada aportan a lo que verdaderamente importa: el progreso de nuestra gente.
El partido debe volver a una senda de entendimiento propiciado por sus autoridades, funcionarios y representantes electos. Debe verse una acción de gobierno conjunta y un partido que conecta con quienes representan, hoy estamos alejados.
Esa desconexión afecta la fuerza y el músculo político que se está atrofiando y se vuelve incapaz de ser herramienta de transformación, es decir, los esfuerzos individuales diluyen los impactos significativos de la unión. En ese sentido, hay que mirarnos las caras, hay que hacer autocrítica, interpelarnos, dialogar y mejorar la conexión con la base, las que siempre decimos representar.
No podemos seguir alimentando el monstruo de la desafección política. Cada vez que fallamos en dar respuestas, que nos alejamos de la gente o que priorizamos disputas internas sobre el bien común, estamos contribuyendo a que la ciudadanía pierda la fe en la política y en nosotros. En orden contrario, nuestro deber es generar más afección, más conexión y más sentido de pertenencia con la comunidad, porque solo así podemos fortalecer la democracia y consolidar un partido que realmente represente las aspiraciones del pueblo.
Ahora bien, quiero ser claro en esto: este no es un llamado de confrontación ni de recriminación. Señalar nuestras debilidades no debe verse como un ataque, sino como un ejercicio de responsabilidad. Es de sabios y de líderes reconocer cuándo hay que corregir el rumbo, y lo hacemos porque tenemos la convicción de que podemos mejorar. El que ama construye, y el que busca mejorar no destruye, sino que tiende puentes.
Les debemos a esta provincia un partido unido, fuerte, con una maquinaria engrasada como en algún momento fue, siendo parte y materializando históricas aspiraciones colectivas. Hoy día, mis ideales, mis convicciones y mis valores no me permiten decir que así sea y esto no es lo que Peravia merece.
Necesitamos de nuevo ese ímpetu político que se traduzca en acción gubernamental. Hay muchas tareas pendientes que todos juntos debemos gestionar:
• Culminación definitiva de la Circunvalación
• Culminación de la remodelación del Hospital Nstra. Señora de Regla
• Muro de contención al Río Baní
• Plan de Manejo de Las Dunas y defensa de nuestros recursos naturales
• Nueva cárcel
• Malecón
• Atracción de inversiones (principalmente industrias) para transformar la Zona Franca
• Inversión para localizar proyectos de desarrollo en Nizao y Matanzas
• Presa La Gina
• Obras de transformación y regeneración urbana y cuartel de bomberos para la zona norte
• Desarrollo del ecoturismo (proyectos con opciones de inversión)
• Culminación del Centro de Atención a la Discapacidad (CAID)
• Fortalecimiento del Politécnico Máximo Gómez
• Programa STEM de Alto Nivel para la Niñez
• Puesta en funcionamiento de la Corporación de Agua Potable y Alcantarillado
• Promover inversiones en hoteles, franquicias y plazas comerciales
• Otras tantas iniciativas urgentes para el bienestar de nuestra gente
Nuestra sociedad necesita un impulso revulsivo que nos lleve al próximo salto en crecimiento económico y desarrollo sostenible. El Plan Estratégico de Desarrollo es una iniciativa crucial que debe contar con el consenso político para su éxito. No podemos ser mezquinos ni permitir que intereses particulares lo desvíen de su propósito colectivo.
Por ello, hago un llamado al partido a que active sus mecanismos internos para fortalecer la cohesión y la capacidad de respuesta del PRM en Peravia. Propongo la creación de la Comisión Político-Partidaria del PRM Peravia (Protocolo CP14), conformada por el presidente y el secretario general provincial, los presidentes municipales, la gobernadora, el senador, los diputados, los alcaldes y los presidentes de los frentes de Mujeres y Jóvenes. Esta comisión serviría como un espacio de articulación estratégica, donde se coordinen esfuerzos y se tracen líneas de acción conjuntas entre el partido y el gobierno.
El momento de actuar es ahora. No podemos limitarnos al análisis; debemos pasar a la acción. Estoy dispuesto a asumir mi parte y trabajar junto a todos los sectores para lograrlo.
Hay tiempo y espacio para corregir el rumbo y no defraudar a nuestros electores y, en fin, a la sociedad en general que es para quienes gobernamos.
Con mucho aprecio,
Juandry J. Herrera